¡Hola! soy Ethel. Nací y crecí en Argentina, y a medida que el tiempo pasaba, mi vida se volvía cada vez más desafiante. Sin embargo, encontré en el trabajo mi escape y mi motivación para seguir adelante. A los 13 años, me convertí en el "cadete" de la familia, encargada de firmar documentos y realizar diversas tareas laborales en colaboración con mis seres queridos. Ya con 18 años, debía hacer malabares entre mantener el negocio familiar y perseguir mis propios sueños. Cumplidos los 21 años, se presentó una oportunidad única en mi vida. Una familia de la iglesia a la cual asistía me ofreció la posibilidad de realizar un intercambio de estudios en Columbus, Ohio. Aunque ya había cursado unos años de Derecho en la universidad, decidí abandonar temporalmente mis estudios y aceptar esta aventura. Aunque solo había aprendido francés desde pequeña, conseguí trabajo en una empresa de construcción y después de ahorrar lo suficiente, me permití recorrer lugares importantes como Disney y Miami. Luego, regresé a Argentina, pero la situación seguía siendo complicada. Fue entonces, en un sueño, cuando vi la imagen de un bebé diciendo "daddy, daddy". Este sueño se convirtió en una revelación, y decidí regresar a los Estados Unidos. Ya en 2003, obtuve mi licencia para vender bienes raíces y me convertí en una de las primeras mujeres latinas en hacerlo. A pesar de los comentarios negativos que recibí, decidí publicitar mi negocio en español, lo que me hizo muy popular entre la comunidad latinoamericana. Fue durante esta etapa que conocí a Jerry, un representante bancario que hablaba español. Hoy en día, Jerry es el amor de mi vida y mi esposo. Juntos, tenemos dos hermosos hijos, Abbey y Axel. A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo, adquiriendo una amplia experiencia en bienes raíces en países como Argentina, México, Brasil, e Islas Caimán. Actualmente, sigo activa en el mercado inmobiliario de los Estados Unidos y me dedico a numerosos proyectos personales, siempre con la intención de ayudar a los demás. Todo esto, siempre de la mano de Dios.